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A veces nos sorprendemos porque nos damos cuenta de que las feministas no siempre somos inglesas o, en su defecto, escribimos en inglés. A veces, escribimos en castellano, en chino, en alemán, en guaraní, en árabe y también en polaco. Y es que, a veces, quizá demasiadas, se nos olvida decolonizar la mirada porque no todo es inglés, tampoco español peninsular o francés. Por ello, decidimos escuchar la voz de Agnieszka Graff; una voz que no tiene miedo, que está en las Trincheras y que, con brillantez, nos alumbra partes del camino que están muy oscuras.
Agnieszka ha traducido al polaco Una habitación propia de Virgina Woolf, es profesora en el Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Warsaw y activista feminista. Su obra académica, que consta tanto de libros (Madre feminista, Świat bez kobiet) como de diversos ensayos, versa sobre literatura y cultura americana (estudios sobre James Joyce o Woolf), así como estudios de política y de género. Ha sido y es crítica con las políticas neoliberales, el populismo de derechas que ha inundado Europa y el mundo occidental y con la situación a la que se enfrentan las mujeres polacas (restricción, aún más, del aborto, políticas tradicionalistas que relegan a un segundo plano a la mujer…). También, ha expuesto las dificultades de armar una teoría feminista académica en un país que tiene una situación sociopolítica distinta a la de otros países de Europa: salir de un régimen socialista y adentrarse en la democracia (neo)liberal. Sus artículos también han llegado a diversas partes del globo: Estados Unidos, España, América Latina… y sus textos han sido de gran relevancia en Polonia.
Del mismo modo, ha hablado de maternidad desde un punto de vista distinto. Ha abogado por no renunciar a ella, por no «demonizarla». Se trataría, sin embargo, de entender, en primer lugar, que es más complejo de lo que pueda parecer y, en segundo lugar, que no todo es ser una superwoman, una «supermamá». Son lecturas que se hacen necesarias si queremos plantear un debate serio al respecto de la maternidad y el feminismo.
Pero la mejor forma siempre de descubrir a una autora es leerla y, si no sabéis polaco, como tampoco nosotras, la traducción de Katarzyna Górska e Irene Tetteh de Matka Feministka (Madre feminista) os facilitará la aventura. Y, desde luego, leer a Agnieszka Graff es una enriquecedora y apasionante aventura.
Sobre Madre feminista
“He salido de circulación. ¿Por qué? Porque a un evento feminista no puedes ir con un niño de dos años. Ni siquiera con uno de cinco. Y no puedo dejarlo con nadie. O no quiero dejarlo”.
En Polonia, y también en España, los asuntos de familia no son cuestión de Estado. Los poderes legislativos se han olvidado de que existen padres que no pagan la manutención de sus hijos, de que si se necesitan cuidados especiales, estos requieren de tiempo y dinero, de que las madres solteras no pueden trabajar y cuidar de sus hijos si sus condiciones laborales son precarias. Agniezska Graff se plantea todas estas cuestiones, aunque, como ella misma reconoce, aquí no hay respuestas, solo preguntas que hemos de pensar juntas.
No obstante, la Madre feminista tampoco es una superwoman que tiene éxito laboral, hace deporte una hora al día y cambia pañales. Esta tampoco quiere renunciar a sus hijos en pos de romper el “techo de cristal”, o quiere compaginarlo, pero no existen posibilidades.
Exige corresponsabilidad, que no se vulneren sus derechos laborales y que el feminismo entienda que no hay nada de malo en ser madre.
Matka Feministka fue publicado en 2014 y llega ahora a España traducido por Katarzyna Górska e Irene Tetteh con prólogo de la propia autora, Agnieszka Graff.
Autora: María S.
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